Perfil

¡Hola a todos y todas!

Soy Esther, tengo 25 años y soy de Madrid, donde también vivo. Actualmente me dedico a la investigación pero no, no siempre fue mi plan. A pesar de haber estudiado una carrera de Ciencias 100% enfocada a la investigación, este mundo no me terminaba de convencer durante mi época universitaria. ¿Entonces por qué ahora sí? Pues bueno, básicamente estuve en el momento y lugar indicado para hacerme cambiar de opinión y ahora puedo decir que no me imagino haciendo otra cosa.

También he vivido en Oradea, una ciudad maravillosa del norte de Rumanía. Me marché durante casi un año a formar parte de un proyecto de divulgación y os aseguro que ha sido la mejor experiencia de mi vida.

En mi tiempo libre, me gusta pasar tiempo con mis amig@s tomando algo, de ruta por la montaña, yendo al teatro (mi gran pasión, por cierto), a probar mil restaurantes… También me gusta mucho el deporte. De hecho, he jugado durante 12 años al baloncesto pero lo tuve que dejar por una lesión y ahora hago baile latino, pole dance y gimnasio.

¿Más cosas sobre mi? Adoro los gatos pero soy alérgica, las mandarinas son mi fruta favorita (hasta el nivel de temer por una sobredosis de todas las que me puedo comer jajaj) y tengo una colección de llaveros enormes de la que estoy tremendamente orgullosa.

Mi trabajo consiste en investigar en el campo de la nutrición. Concretamente, trabajamos con unos compuestos llamados polifenoles (antioxidantes para l@s amig@s) que están presentes en alimentos de origen vegetal y en el papel que tienen en el tratamiento de algunas enfermedades como la diabetes tipo 2.

Lo primero que hacemos es ver qué alimento vamos a estudiar. Si es algo nuevo que hemos desarrollado lo tenemos que someter a un análisis sensorial. ¿Y esto qué es? Básicamente comprobar que lo que hemos hecho está bueno. Imaginaos, si hacemos algo que no gusta, por muy sano que sea, nadie va a querer comerlo!!

Y ahora tocaría estudiar los efectos de este alimento (acordaos, rico en polifenoles). Esto lo podemos hacer a tres niveles: células, animales y humanos. En mi grupo de investigación trabajamos en todos estos niveles y la verdad es que ver todo el proceso desde el nivel más molecular hasta la aplicación en humanos, es BRUTAL.

Adicionalmente, siempre estamos metid@s en muchas actividades de divulgación científica. ¡Entre ellas una cata de chocolate!

Me levanto y me preparo el desayuno, que es mi comida favorita del día y me lo curro un montón. ¿Me tiro 40 minutos entre que lo preparo y lo tomo? Pues sí, y no me avergüenzo de ello jeje.

Cuando llego al trabajo, lo primero que hago es comprobar el correo electrónico y en seguida voy al laboratorio. Entre experimento y experimento, voy al laboratorio de cultivos celulares para ver cómo están las células y si hace falta, cambio el medio de cultivo. Esto sería como cambiarles el agua y la comida para que sigan creciendo. Cuando tengo ratos más largos, me pongo con trabajo de ordenador; como por ejemplo análisis de datos, lectura de artículos científicos, redactar publicaciones, etc. ¿Y si toca día con voluntari@s? Aquí me toca pasar todo el día en la Unidad de Nutrición Humana, pero cuando vuelvo a tener ratitos, repito todo lo anterior.

¡Ah! Y otro plan que me gusta mucho más, aunque no siempre es posible, es ir a la cafetería a tomar algo a media mañana (una mandarina probablemente…) para reponer energía y pasar tiempo con el resto de investigador@s.

Cuando salgo del laboratorio, suelo ir directa al gimnasio, clase de baile, a algún plan con amig@s (tomar algo, ir a alguna exposición, ir al teatro) o hacer cualquier cosa para la Red de Doctorand@s del CSIC, ya que soy parte de la Junta Directiva. Esta red es una asociación para defender a tod@s l@s investigador@s predoctorales del CSIC. Es algo que me permite sacar a la justiciera que llevo dentro y que disfruto muchísimo.

La verdad es que siempre estoy haciendo cosas y llego a casa agotada. Lista para cenar, cocinar la comida del día siguiente y ver alguna serie. Siempre intento irme pronto a dormir pero siempre acaba cayendo un capítulo más y otro, y otro… en fin, seguro que me entendéis jajaja.

Una vez, mi profesora de Biología del instituto me propuso volver un día al centro para contar mi experiencia estudiando una carrera de Ciencias. ¡¡Fue genialísimo!! Much@s chaval@s vinieron a escucharme y me di cuenta del poder que teníamos para inspirar y guiar. Tod@s l@s que vinieron me recordaron a mi misma cuando estaba en Bachillerato y un chico y una chica vinieron a hablar del grado superior que había estudiado él y el grado universitario que había cursado ella. ¡Me encantaría hacer algo así! Es algo muy fácil con mucho poder.

También han pasado por mi mente otras ideas como acercar la Ciencia a la sociedad con talleres de todo tipo o teatro científico.